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¿Qué pasa aquí?

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02.09.2025

Esta es la pregunta que se hace siempre en sus publicaciones el tiktoker sureño topoteopozo2. A él como a todos los miembros de Tagoror Permanente Rotativo y a muchísimas otras personas nos pasa algo en esta isla. Nos pasa y nos traspasa, como una espada de Damocles que amenaza constantemente sobre nuestras cabezas, una profunda sensación de pérdida y tristeza por la destrucción del Puertito de Adeje, enclavado en un vibrante paisaje de incalculable valor, con más de 80 elementos de carácter histórico o patrimonial, catalogados por el área competente del propio Cabildo Insular de Tenerife.

Más de 80, y sin embargo a este no le han parecido suficientes para pedir la paralización cautelar de la mal llamada urbanización Cuna del Alma -en una zona protegida, Red Natura 2000-, obra llena de aparentes incumplimientos legales e irregularidades desde el primer momento. Este sentimiento tan profundo de dolor por la tierra, al parecer, se denomina solastalgia y fue acuñado por primera vez en 2005 por el filósofo australiano Glenn Albrech. El término surge de la combinación de dos raíces de étimos grecolatinos: solacium (consuelo, paz en latín) y álgos (dolor en griego antiguo). Quiso el filósofo, con este matrimonio léxico, referir la ansiedad que experimentan las personas ante el daño del paisaje en que nacieron o se criaron, y donde aún viven. Por tanto, el término solastalgia, complejo como toda pareja, es un sentimiento que combina la nostalgia por lo que fue y una profunda tristeza por lo que ha sido alterado sin retorno. La pena, por los espacios destruidos, se transforma en un anhelo de conexión que se siente cada vez más inalcanzable a medida que los paisajes se alteran sin piedad.

Pero fue hace unas semanas, al arribar a mis sentidos un vídeo de la abogada lanzaroteña Irma Ferrer, cuando decidí abordar esta temática. Habla ella en su Facebook, con dulce acento canario, de este sentimiento de añoranza y tristeza por la tierra y el pueblo marinero en cuyas calles de arena se enterraron sus primeros pasitos descalzos, y a donde ya no puede volver porque la invade un sentimiento profundo de pérdida causado por la turistificación; un duelo permanente que........

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