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La otra familia

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30.07.2025

El centro para conductas deambulantes en Ciego de Ávila, más que un refugio, constituye un hogar para quienes han sido olvidados

Fotos. / PASTOR BATISTA

Segunda parte de En la calle y… ¿sin llavín?

Metido en un pulcro pijama y con la ecuanimidad de un científico sobre el microscopio, Nelson Cardoso Zulueta toma el teléfono y le comunica a alguien, tal vez un amigo, que mañana será trasladado hacia la institución que acoge a ancianos en el municipio de Venezuela.

La alegría, que en su lugar podría reflejar otro rostro, ha sido desplazada por una visible sensación de nostalgia.

Ha transcurrido casi un año desde que fue traído a este sitio que, como explica Lázaro Enrique Acosta Pérez –jefe del departamento de prevención, asistencia y trabajo social en la dirección municipal de Trabajo en Ciego de Ávila– no está concebido para hacer vida, sino para recibir a los que viven en las calles, asearlos, ofrecerles adecuada atención y garantizarles un destino final que puede ser su lugar de procedencia: seno familiar, una institución de salud, hogar para ancianos, centro........

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