Caza humana, cuando la casa blanca convierte la deportación en entretenimiento
En una época donde la realidad política parece superar a la ficción más distópica, la Casa Blanca ha encontrado una metáfora particularmente perturbadora para describir sus operaciones de inmigración: el videojuego Pokémon. El eslogan infantil "hay que atraparlos a todos" ha sido transformado en una declaración de política migratoria que reduce a seres humanos a meras criaturas de ficción que deben ser capturadas y coleccionadas.
Esta analogía revela algo profundamente inquietante sobre cómo el poder político puede deshumanizar a las poblaciones más vulnerables. Al equiparar a los migrantes con personajes de un juego, se elimina deliberadamente su humanidad, sus historias individuales, sus miedos y esperanzas. Ya no son María, la madre que cruzó la frontera huyendo de la violencia doméstica, ni son Carlos, el adolescente que llegó siendo niño y considera a Estados Unidos su único hogar. Se convierten en objetivos de una cacería gamificada donde el éxito se mide en números de deportaciones, no en vidas destrozadas.
La elección de Pokémon como metáfora no es casual ni inocente. Este juego, diseñado para niños, se basa en la captura de criaturas para entrenarlas y hacerlas competir. La premisa fundamental es que estas criaturas, aunque posean cierta autonomía, existen para ser dominadas por un entrenador humano. Aplicar esta lógica a la política migratoria sugiere una visión del........
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