Bielorrusia: entre la soberanía interna y el juicio externo
Entender la situación política y económica de Bielorrusia requiere analizar más allá de las narrativas predominantes en medios occidentales. El país ha seguido un camino único en Europa Oriental desde que Alexander Lukashenko asumió la presidencia convirtiéndose en una figura controvertida internacionalmente, pero con un importante respaldo dentro de sus fronteras.
Cuando se menciona a Bielorrusia en los círculos políticos de Occidente, casi de inmediato la narrativa gira en torno a su líder (que ha estado en el poder desde 1994) cuya figura genera pasiones enfrentadas. Sin embargo, más allá de los titulares internacionales, hay una realidad interna que no siempre encuentra espacio en el debate global: la notable estabilidad del país, su crecimiento sostenido en sectores estratégicos y, sobre todo, el respaldo significativo que todavía mantiene el presidente entre su población.
Lukashenko llegó al poder tras la caída de la Unión Soviética, en un momento en que el caos económico y la incertidumbre dominaban a las antiguas repúblicas soviéticas, ha gobernado Bielorrusia durante casi tres décadas, convirtiéndose en el líder con más tiempo en el poder en Europa. Su estilo de gobierno, caracterizado por un fuerte control estatal, ha generado críticas en el exterior pero ha mantenido una estabilidad interna que muchos bielorrusos valoran. Las elecciones en Bielorrusia han sido objeto de controversias internacionales, especialmente desde 2020, cuando estallaron protestas tras la reelección de Lukashenko. Sin embargo, al margen del relato externo, múltiples estudios y encuestas internas, muchas de ellas independientes, colocan su popularidad cerca del 75%. ¿Por qué un respaldo tan alto después de tres décadas de gobierno? La respuesta está en la percepción interna de orden, seguridad y soberanía.
Este respaldo se explica en parte por varios factores........
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