Comunismo y Comunitarismo
El comunitarismo de Costanzo Preve se aleja de cualquier movimiento intelectual nostálgico que pretenda retrogradar hasta la comunidad orgánica prístina. El filósofo italiano lo presenta como una especie de deducción social de las categorías socio-ontológicas. Surge a partir de la "detección de las contradicciones degenerativas del mundo moderno y de la misma reflexión autocrítica radical sobre la misma experiencia del comunismo histórico" (De la Comuna a la Comunidad, Fides, Tarragona, 2019, p. 126; edición de Carlos X. Blanco, a partir de ahora las citas están tomadas de aquí).
No tiene sentido hablar de una oposición abstracta entre individuo y sociedad. Ambos polos son "conceptos conjugados" en el sentido de Gustavo Bueno: pares de conceptos que nacen conjuntos pero que se van entrelazando y oponiendo a lo largo de su desarrollo histórico, con lo cual tenemos una situación en la que no sólo que el uno precisa del otro y viceversa, sino que ambos conceptos se co-determinan e influyen en el desenvolvimiento reciproco. Nunca hubo un individuo sin sociedad ni sociedad sin individuo pero es que, además, el papel que cada uno de los polos desempeña para su contrario/complementario es fruto de una evolución, evolución que conforma el contexto envolvente de las determinaciones recíprocas.
El individuo es fruto de la sociedad (encontrar pareja, procrear nuevos individuos, clausurar un ámbito de pareja y de familia frente a extraños, etc.) y los actos sociales son actos en los que se forman comunidades e individuos codeterminándose ambos extremos, la individualidad somática y el grupo comunitario. El "individuo" no es el mismo en Roma, en el Medievo o en el Capitalismo: precisamente el individuo moderno diferenciado es fruto de unas condiciones socioeconómicas e históricas muy concretas. El individuo verdaderamente diferenciado es el resultado de un proceso gradual, un desarrollo que coincide con la "sociedad burguesa" y, por ende, el fin de esa misma sociedad burguesa (que no el fin del capitalismo), puede suponer el fin del individuo diferenciado.
La magna obra La Decadencia de Occidente, de Spengler, es el locus donde podemos aprender sobre esa grave transformación de Europa y de los países herederos de su cultura: la conversión de las sociedades de individuos diferenciados en sociedades "de hormigas". En las jaulas de cemento, hormigón y cristal se encierran millones de seres humanos desligados de todo solar y de todo torrente de tradición y sangre, hombres fríos y sin "casta", muy semejantes unos de otros, absolutamente intercambiables, producidos tras innumerables mestizajes somáticos y espirituales. El capitalismo tardío ve en el individuo "de casta", sea cual sea su raza, un obstáculo y un enemigo. El capitalismo cosmopolita alimenta la decadencia........
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