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Hacia una definición operativa de la deforestación y la degradación forestal en Venezuela

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20.10.2025

Un vacío conceptual que limita la acción climática y territorial

La degradación forestal y la deforestación son dos de los procesos más críticos que afectan la integridad ecológica de los bosques tropicales, especialmente en países en desarrollo. En la actualidad se estima que los bosques tropicales en diferentes escalas de perturbación cubren 540 millones de hectáreas, incluyendo bosques en recuperación (bosques secundarios). A pesar de su magnitud, la degradación forestal ha sido históricamente subestimada en los balances globales de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), aunque en regiones como la Amazonía brasileña representa hasta el 20% de las emisiones totales (Asner et al., 2005). En Indonesia, entre 1990 y 2005, la degradación fue responsable de dos tercios de la pérdida de stock forestal, mientras que la deforestación directa solo explicó un tercio (Marklund & Schoene, 2006). En África, la tasa anual de degradación equivale al 50% de la tasa de deforestación (Lambin et al., 2003). El Taller de la UNFCCC sobre REDD (2006) reconoció que en algunos países las emisiones por degradación pueden ser tan o más significativas que las de la deforestación (UNFCCC, 2006a).

En Venezuela, el enfoque tradicional sobre la Amazonía ha estado limitado por la definición institucional del Tratado de Cooperación Amazónica (TCA, 1978), que reconoce como parte de la cuenca amazónica nacional solo unos 5 millones de hectáreas en el extremo sur del estado Amazonas, drenadas hacia el río Amazonas. Esta región, de altísima conservación, presenta niveles mínimos de deforestación y está protegida por regímenes legales y territoriales que restringen cualquier tipo de intervención. Por tanto, los términos deforestación y degradación forestal no aplican con pertinencia en esa zona.

Sin embargo, al limitar el análisis a esa porción amazónica formal, se invisibiliza la realidad de los bosques del sur del Orinoco, la Orinoquia venezolana, donde sí se registran procesos activos de perturbación, degradación y deforestación. Esta región incluye vastas extensiones de bosques húmedos, sabanas arboladas y ecosistemas de transición en los estados Amazonas, Bolívar y Apure, y es donde se concentran las presiones extractivas, la expansión agropecuaria, la minería y la apertura de caminos. Ignorar esta zona en los marcos de monitoreo y contabilidad climática representa una omisión crítica.

La degradación forestal en Venezuela es una........

© Aporrea