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¿Cómo renunciar al fanatismo (político)?

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El término “fanatismo” no es una categoría política. Tampoco, una cualidad de superioridad. No obstante, dada sus implicaciones semánticas y hermenéuticas, tiene distintas acepciones que resultan de inmediato interés a los fines de la intención de esta disertación. En principio, el Diccionario de la RAE lo refiere como “tenaz preocupación, apasionamiento del fanático”. 

El Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, lo señala cual “preocupación o entusiasmo ciego por una cosa que puede ser cualquiera, aún cuando tenga mayor apego a las ideas políticas” (Osorio, Manuel, Editorial Heliasta, S.R.L. Buenos Aires, Argentina, 1994). En tanto que, para la Psicología, es “(…) la adhesión incondicional a una causa, sin límites ni matices, hasta el extremo de realizar cualquier tipo de acción a su favor. Incluso, matar o morir por ella». (Gatiempolimberti, Umberto: Los mitos de nuestro tiempo. Random House-Grupo Editorial, Madrid-España, 2013). 

Si bien la Biblia, no refiere directamente el término cuestionado, lo condena al citar actitudes de personajes que pecaron comportándose pecaminosamente mostrándose celosos, implacables, sediciosos, por ejemplo. Refiere el caso del apóstol Pablo cuando escribe a los cristianos de Filipo. Refería (según interpretación de la ley judía) que perteneció al partido político Fariseo. En consecuencia, “era tan fanático, que perseguía a los de la iglesia (…)” (Filipense 3:6). 

Estragos causados

Sin duda que el fanatismo, no ha dejado de ser la actitud adoptada de cara al furor movido por pasiones religiosas, culturales, militares y políticas. Fundamentalmente, cuando la motivación es........

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