En la nueva secuela revival de Sé lo que hicisteis el último verano la protagonista no duda en solicitar algunas prácticas sexuales de sumisión nada más empezar a enrollarse con un personaje masculino que, literalmente, sale corriendo. Una escena que, sin esforzarse mucho, resignifica el contexto moralista de la primera película, un ejemplo del cine más puritano blandito de la industria americana en los años 90. Y es que la maquinaria de Hollywood es capaz de adaptarse al medio mejor que una cucaracha superviviente al Holocausto.

Si no, es difícil de explicar que un revival de un primer revival del cine slasher de los 80, al que precisamente se le acusa de utilizar el género para castigar el libre albedrío de los adolescentes, salga con vida de forma triunfal, anulando muchos de los tropos más trillados del manual, mientras ofrece un homenaje sentido al film de Jim Gillespie, en sí mismo una de las expresiones más diligentes de la metamorfosis del slasher en un entretenimiento inocuo, aguado e inofensivo, dentro de una era en la que era impensable mostrar sexo o desnudos.

En la nueva Sé lo que hicisteis el último verano se tratan de romper muchos de esos códigos prohibidos hace 30 años, como una protagonista abiertamente........

© 20 minutos