Crítica de 'Nadie 2': Bob Odenkirk pierde el factor sorpresa como un John Wick padre de familia
La idea de ver a Bob Odenkirk dando sopapos a sus 62 años era un gancho más que suficiente en la impecable Nadie, casi una autoparodia de John Wick de su propio creador, Derek Kolstad, pero lo que la hacía realmente singular era su montaje quirúrgico y socarrón, que convertía la historia de un hombre maduro que esconde un pasado oscuro en una hiperviolenta novela gráfica viviente, con una narración visual de precisión. Su director, Ilya Naishuller, trascendía la idea de vigilante urbano arquetípica en un espectáculo de épica derrotista.
Nadie había preguntado por una segunda parte, pero seguramente a Odenkirk no le importe seguir demostrando que es capaz de pelear a su edad, y eso es precisamente lo que nos ofrece su secuela, otra ronda del actor atizando a cárteles y mafiosos. Y nada más. Es decir, aquí no hay un plus de........
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