Los grandes movimientos
Obedeciendo a una ley irrevocable, la historia niega a los contemporáneos la posibilidad de reconocer a tiempo los movimientos que determinarán su época. No lo digo yo, sino Stefan Zweig en El mundo de ayer (qué gran libro, vive Dios). ¿Quién era Donald Trump hace unos años? Un millonario verborreico con cabello fluorescente, que asomaba por la CNN y otras televisiones para dar espectáculo. Nadie sospechaba que aquel presentador de telerrealidad terminaría presidiendo el país más poderoso del planeta. Y no una, sino dos veces (y las que le dejen, si consigue cambiar la ley). Trump parecía un personaje sacado de un casting de Tarantino o los hermanos Coen: estridente, histriónico, probablemente armado. Por entonces, criticaba las guerras en las que se embarcaba su gobierno, financiaba campañas del matrimonio Clinton y se declaraba orgullosamente cosmopolita. Hoy le molesta que el alcalde de Londres tenga........
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