El nacionalismo o el desastre como éxito
La vergonzosa putrefacción final del sanchismo eclipsa otros asuntos que merecen atención, así que, con el permiso de ustedes, propongo reparar en el declive de las políticas nacionalistas y el rastro de ruina que dejan atrás. No es el menor de ellos que la coalición de Pedro Sánchez incluya el apoyo parlamentario de todos los separatistas del Congreso, desde falsos moderados a la hez exterrorista, pero viajemos un poco más allá.
Fijémonos, en concreto, en la brutal escasez de verduras y fruta fresca en el Reino Unido, retrotraído a los tiempos gloriosos de la última guerra mundial, cuando la isla luchaba por la supervivencia mientras los submarinos nazis estrangulaban las importaciones masivas de tiempos de paz, comenzado por la comida. Esta vez no hay guerra en casa, pero los estantes reservados a las delicias de la huerta exhiben un obsceno vacío. Los supermercados racionan las compras y las autoridades aconsejan usar conservas vegetales aunque, de paso, los conservadores de la pérfida Albión culpan a España -it was not possible to know- de esta escasez inesperada (como explica aquí este youtuber argentino residente en la isla).
¿Qué tenemos que ver con la penuria hortofrutícola británica? Nada, porque la razón es que las empresas exportadoras agrícolas no tienen muchos incentivos para mandar los productos del feraz sur ibérico al Reino Unido. El norte de Europa pagará lo mismo o más, y sin el engorroso papeleo, aduana y consiguientes retrasos y gastos añadidos. Por eso hay fresas de Huelva en Dublín, pero no en Londres. En efecto, ingleses, galeses y escoceses (estos más inocentes) están pagando las consecuencias del Brexit y del montón de mentiras que quisieron creer sobre el maravilloso futuro económico fuera y lejos de Europa. Si añadimos al Brexit las malas cosechas de........
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