¿Miguel Lago es de los nuestros?
Es el monologuista más divertido del momento. Y, sin duda, muerto Quique San Francisco, dejando al margen a mi compadre Javier Quero que juega otra liga, y quizá con permiso de Leo Harlem, no ha salido en España otro con tanto talento en las últimas décadas. Hace algunos días, en su show de los sábados "Lago. 25 años de stand-up" en el Teatro Alcázar de Madrid, hizo una broma sobre Koldo y Ábalos, y la subió a las redes provocando un descojono general y una inédita legión de ofendiditos de la izquierda más sectaria, que tiene el mismo sentido del humor que una chapa de amianto.
Aburre esta España de hoy, tan contaminada por lo político, en la que tanta gente, antes de reírse de un chiste, necesita examinar cuidadosamente el carnet de afiliación ideológica del humorista para ver si puede exhalar una carcajada o si debe emitir un tuit de condena con el ceño muy fruncido.
Descubrí a Miguel Lago en 2017, cuando actuó en la apertura de la ceremonia de entrega de la Butaca de Oro del Teatro Reina Victoria a dos gigantes, Concha Velasco y Arturo Fernández. Yo acompañaba al entonces ministro de Cultura y el teatro estaba repleto de autoridades y personalidades de las artes y la televisión. Lago desenvainó –el verbo no es casual- su tronchante........
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