Las Embajadas de EU y Canadá no pueden verse como cuotas locales
La relación de México con Estados Unidos siempre ha sido de la mayor relevancia para ambos países. Una relación un tanto esquizofrénica y disfuncional, como en cualquier familia. Una relación compleja de permanente tensión, y absoluta interdependencia, que a veces es más codependencia.
A partir del TLCAN, la relación se entrelazó aún más por la integración comercial; y Canadá entró en el escenario como lo que debería ser la segunda relación más importante de México.
Con Canadá siempre ha habido mutua desconfianza en varios momentos, y notorios altibajos. Con cierta razón, ya que la integración de América del Norte como región le restó a Canadá beneficios que por décadas había forjado con Estados Unidos, y que consideraba exclusivos.
Hoy, a 31 años de exitosa integración comercial, atravesamos el momento más complicado en la relación trilateral. Un punto de tensión, y de inflexión, que no se hubiera pensado hace unos años, pero que de alguna manera empezó desde la negociación del T-MEC.
El TLCAN fue un gran éxito a nivel mundial. Convirtió a la región en un centro neurálgico del comercio mundial, se erigió en base fundamental para la economía de los tres países, y se volvió el pilar de la competitividad trilateral. Catapultó industrias de gran relevancia, como la automotriz.
La negociación del T-MEC, en un ambiente de tensión, si bien fue positiva en tanto que mantuvo el acuerdo comercial, fue el inicio de un declive en la relación trilateral.
El T-MEC se........
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