El espejismo del dinero digital
¿Y tú, cómo percibes el dinero? Siempre he creído que el dinero no es un fin, sino un medio: una herramienta para intercambiar valor, coordinar confianza y dar movimiento a la vida económica de una sociedad. Pero en la medida en que se ha digitalizado, también se ha vuelto más abstracto. Ya no lo tocamos: lo vemos pasar en pantallas. Y en esa abstracción, a veces se diluye lo que realmente significa conseguirlo, poseerlo, administrarlo… o usarlo a nuestro favor, como individuos y como sociedades.
En México, el SPEI es quizá el mejor ejemplo de cómo una abstracción puede convertirse en infraestructura crítica. Desde 2004, se ha posicionado como uno de los motores más importantes de nuestra economía digital: millones de transferencias inmediatas todos los días. Un sistema robusto, confiable y me atrevería a decir, uno de los logros más trascendentes a nivel mundial del Banco de México.
Pero todo éxito merece también ser observado con perspectiva crítica, especialmente si queremos formular las preguntas incómodas que rara vez se hacen en medio de una celebración: ¿hasta qué punto podemos sostener este modelo tecnológico en un mundo donde la tecnología cambia más rápido que las instituciones? ¿Qué significa confiar en sistemas de pagos diseñados por unos pocos actores, cuando la innovación apunta hacia la descentralización, la programabilidad del dinero y la colaboración?
Con medios de pago como el SPEI en México o el Pix en........
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