Tengo cáncer y ella también
Ella podría ser mi madre. Hace quince años que batalla con el cáncer, que convive con los cánceres, en plural en su caso. Los avances científicos hacen posible estas arduas batallas de largo recorrido que brindan fases con momentos para todo, de hundirse un tiempo y de revivir acto seguido, si bien va pasando factura.
Pero no. Ella, hoy, no es mi madre sino Nialó. Tiene un cáncer en la sangre. Como yo. Pero en su caso es una leucemia. Se la diagnosticaron a punto de cumplir ocho años y el pronóstico era que tendría que someterse a un tratamiento de dos años. Lleva uno. Entrando y saliendo del hospital. No es fácil adaptarse. Ni para ella, ni para sus padres. Siempre he pensado, desde que me diagnosticaron el mieloma múltiple, que he tenido suerte que me haya tocado a mí y no a mis hijos. Sería inmensamente peor. Tengo una niña, Neus, que acaba de cumplir 10 años, y un preadolescente de 12, Joan. Y solo de pensarlo me estremezco.
El caso es que el padre de Nialó le hizo saber que me ingresaban en el hospital para hacerme un autotransplante precedido de una doble sesión de quimioterapia que, como mínimo, me dejará calvo una........
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