Los magnánimos
Me sorprende el entusiasmo de la gente, la vehemencia con la que toma partido y defiende sus puntos de vista. Hay un dicho que afirma que las personas inteligentes dudan mientras que los idiotas están completamente seguros, y la verdad es que yo vacilo montones; no porque sea sabio, sino porque estoy lleno de inseguridades de fábrica. Por eso, y porque he dicho ya tantas estupideces que no quiero quedar más en ridículo.
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Me pasa con el aborto. Estoy convencido de que la mujer tiene derecho a hacer con su cuerpo lo que quiera y que ni el Estado ni la Iglesia ni ningún otro ser (especialmente si es hombre) debería meterse en el asunto, pero por otro lado creo que truncar la vida de un feto no es un asunto menor. ¿Soy un pusilánime por eso? ¿No son compatibles ambas cosas y en vez de hacer una regla general como quien tira una red al mar se podrían analizar contextos antes de empezar a escupir “verdades irrefutables”?
También está el conflicto entre........
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