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Posible, deseable y perfectamente alcanzable

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Cuando un país decide dejar de “mirarse el ombligo” y se atreve a ver a su alrededor para contrastar su situación; cuando mira al mundo y se da cuenta que hay quienes progresan más; cuando descubre que existen mejores formas de hacer las cosas y que en sus manos está la salida, ese país triunfará. Bolivia pasa por un momento difícil y es de esperar que la dura lección haya sido aprendida.


El déficit comercial que desde 2024 a la fecha ha significado la salida de 1.500 millones de dólares al exterior, no es un accidente ni un misterio, como tampoco lo es el crónico desbalance en el comercio de servicios con el mundo, más bien, es la consecuencia de haber dado la espalda al comercio exterior durante dos décadas, de haber frenado sistemáticamente a quienes podían producir y vender más, y haber sustituido competitivamente mucho de lo que compramos afuera.


Por bastante tiempo, demasiado diría yo, el tipo de cambio fijo fue un instrumento antiinflacionario que derivó en la dependencia creciente de las importaciones, y hoy esa factura nos sale cara. Apostar por el “Boliviano fuerte” y un dólar debilucho, perjudicó al productor nacional y favoreció al contrabandista.


¿Quiénes son los países que brillan con luz propia? Los que exportan más, crecen más y sufren menos, especialmente si su economía se basa en agregar valor a sus recursos naturales o, mejor aún, exportar servicios. Cuando un país exporta, las familias gozan de empleos de calidad, ingresos y previsibilidad a futuro gracias a las empresas que........

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