Liderazgo consciente: caminando hacia un futuro más humano y sostenible | Por: Arianna Martínez Fico
Liderar es de los desafíos más complejos y fascinantes que me ha puesto la vida. Desde niña solía tener claridad de lo que debía hacerse en determinadas circunstancias, a quiénes buscar para ejecutar y decirles qué hacer. Según mi mamá, yo sentaba a mis muñecas en fila y les daba órdenes. Crecí creyendo que liderar era tener claro el rumbo (qué, para qué y cómo hacer), saber seleccionar y desarrollar a las personas adecuadas, ejercer autoridad y dirigir para el logro de la misión.
Siendo joven y con poca experiencia, lideré un grupo de educadores jubilados con más conocimientos y vivencias que yo. Formamos un equipo maravilloso e hicimos un trabajo encomiable en más de trescientas escuelas públicas, con pocos recursos, ganas y mucho ingenio. Mi jefa tenía un sueño potente que compré incluso antes de trabajar con ella. Aprendí, entre otras cosas, que el liderazgo es mucho más que autoridad formal. Es la capacidad de soñar descaradamente en grande y construir con otros esos futuros a los que todos queremos pertenecer.
Vivimos tiempos confusos, un torbellino constante de demandas y cambios vertiginosos. Se espera que quienes lideran sean capaces de navegar estas aguas turbulentas con adaptabilidad, creatividad y un profundo compromiso con el impacto que causan. Pero pocas veces nos detenemos a reflexionar sobre quiénes somos liderando y la huella que dejamos a nuestro paso.
En este mundo dinámico y complejo, el liderazgo consciente emerge como una respuesta para transformar la manera en que las personas lideran equipos y organizaciones. Liderar de manera consciente es alcanzar resultados extraordinarios con un propósito que resuene, que toque vidas y transforme realidades. Además del qué, importa el cómo hacemos lo que hacemos.
Ejercer un liderazgo consciente es un acto de servicio, una invitación a conectar con nuestra fuente de sabiduría y a actuar con intención. Es un arte, un camino para diseñar un futuro más humano y significativo.
Es mucho más que dirigir. Es estar plenamente presentes, entender las demandas del entorno, el orden implicado y el futuro que quiere emerger y, desde allí, fluir incluso en medio del caos y actuar con claridad, serenidad, autenticidad y flexibilidad para hacernos cargo de los desafíos de la complejidad como si cada acción fuera parte de una danza entre el presente y el futuro, sabiendo que cada acción, por pequeña que parezca, puede ser........
© Diario de Los Andes
visit website