OPINIÓN: El anexionismo y la cultura de la violencia
Recientemente la televisión cubana presentó una denuncia, acompañada de imágenes, en las que un grupo de mercenarios cubanos de la Florida realiza prácticas de tiro. Uno de ellos entró ilegalmente al país y fue detenido, así como sus posteriores cómplices o reclutados. Sus proezas militares serían colocar explosivos en Cuba, y disparar a sus antiguos compatriotas. El organizador del team, un tal Willy, de nombre simbólico, declaró: “Vamos al nivel del daño corporal”. Hablo de mercenarios y no de simples contrarrevolucionarios, porque de alguna manera responden a los intereses de la potencia que durante más de dos siglos ha pretendido apoderarse de la tierra donde nacieron. No he encontrado una confesión más diáfana que la que un blog contrarrevolucionario publicara en 2011 —blog, paradójicamente, con ínfulas intelectuales, que tuvo dos nombres simbólicos antes de desaparecer: primero, con excesivo entusiasmo, “Últimos días” y después, cauteloso, “Penúltimos días”— en defensa del terrorista Luis Posada Carriles:
“Una sociedad (la norteamericana) a la que Posada Carriles, por mucho que eso moleste a sus críticos de La Habana, Caracas y en los mismos Estados Unidos, pertenece por derecho propio. Los franceses, para hablar de los legionarios que se convierten en ciudadanos al licenciarse, suelen decir que son franceses de sangre, no por la sangre recibida sino por la sangre derramada. Este es el caso. Pocos luchan mejor por sus países de adopción que los inmigrantes. La historia norteamericana está llena de ejemplos [...] Posada Carriles ha sido soldado estadounidense en tiempo de guerra y eso le da derecho a estar en Estados Unidos. Una guerra en la que participaron numerosos exiliados en contra de los estados que dirigían sus naciones. [...] La razón por la que muchos exiliados cubanoamericanos simpatizan con Posada Carriles es porque fue un combatiente en esa guerra”.
El anexionismo es una enfermedad que ha transitado en Cuba por........
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