Quitemos a los primeros secretarios provinciales antes que ellos nos quiten a nosotros
LA HABANA, Cuba.- En meses recientes, se han sucedido las informaciones sobre los cambios orquestados por la dirigencia comunista cubana en los equipos dirigentes de las diferentes provincias. Este miércoles se conoció la insólita noticia de la renuncia del Gobernador de Cienfuegos por “errores cometidos”. Pero se trató de una excepción; como regla, esas noticias se centran en la figura del jefe castrista que lleva la voz cantante en cada uno de esos territorios, con el título de Primer Secretario del Comité Provincial en el PCC (Partido Comunista de Cuba).
En noviembre del pasado año, supimos de los cambios de ese tipo acaecidos en Granma y Guantánamo. Ya en meses recientes del presente año, a esas remociones se han sumado las realizadas en Pinar del Río, La Habana, Matanzas, Cienfuegos, Ciego de Ávila, Las Tunas y Santiago de Cuba. Estamos hablando de las tres quintas partes de las provincias de la Isla.
En todos los casos se emplea el mismo modus operandi: Un alto cargo nacional se presenta en la reunión del Comité Provincial del PCC, convocada con ese fin. El mayimbe capitalino plantea la propuesta de remoción a nombre del Comité Central y su Buró Político. Lo usual es que sea el médico Roberto Morales Ojeda quien se ocupe de esos asuntos en su condición de Secretario de Organización.
Las reuniones de ese tipo terminan sin falta con la aprobación de lo propuesto por la jefatura nacional. Entra en acción el mangoneo que ha constituido la regla dentro de las filas castrocomunistas. El engendro bolchevique conocido como “centralismo democrático” sirve de pretexto insuperable para que los miembros del Buró Provincial otorguen el imprimátur a lo diseñado y decidido en La........
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