Cambios involuntarios en el régimen de Irán
LA HABANA, Cuba.- Hace apenas unas horas, la atención de la opinión pública internacional se concentró, primero, en la desaparición del helicóptero que transportaba al presidente de Irán y a otros altos funcionarios de ese país. Al día siguiente, se confirmó la muerte de Ebrahim Raisi, de su canciller Hossein Amir-Abdollahian y de los restantes viajeros.
Este suceso, por cierto, ha sido ocasión propicia para que, una vez más, el régimen de los ayatolas de la antigua Persia dé muestras de su extrema desmesura. Al anunciar lo acaecido, las autoridades iraníes emplearon el término “martirio”. Según el diccionario, ese término se emplea para referirse a la muerte que padece una persona a causa de su fe religiosa o sus creencias. En qué medida pueda aplicarse ese vocablo a un vulgar accidente de aviación es algo que —confieso— excede mi capacidad de intelección.
La ocasión ha sido propicia para que desde los círculos dirigentes de Cuba se emitan vehementes mensajes de pesar. El presidente reelecto por 470 votos, Miguel Díaz-Canel, calificó al occiso de “gran amigo” y “político admirable y querido por su pueblo”. El canciller “de la Continuidad”, Bruno Rodríguez Parrilla, aprovechó la ocasión para expresar “toda la solidaridad y apoyo de Cuba con la hermana República Islámica de Irán”.
Análogas manifestaciones se observaron en otros........
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