Sin pan, pero con circo
LA HABANA, Cuba. – El pan se ha perdido, incluso ese ejemplar pequeñito y tosco que es parte de la “canasta básica” y de la historia más reciente de la nación cubana. Lo mismo sucede con la leche, esa que tan esencial resulta para el desarrollo de los infantes. La leche que provee el calcio, la leche que es básica para el crecimiento y la fortaleza de los huesos de los infantes está perdida. La leche se ha vuelto una de nuestras más grandes utopías.
La leche, esa que aporta un gran número de vitaminas y minerales está desaparecida en todo el archipiélago cubano, y quizá por eso se ha convertido en unas de las más grandes pesadillas de los padres y también una de las mayores añoranzas de padres y niños cubanos de la historia más reciente.
La leche podría ser algo así como el centro de todas nuestras añoranzas, la más grande “utopía” de Tomás Moro si es que reconociera la existencia del país, y más si tuviera hijos en Cuba; y en orden consecutivo podrían aparecer otras muchas añoranzas, entre ellas el pan, los huevos para la leve tortillita que iría a parar a ese espacio entre las dos minúsculas tapitas del pan.
La leche en Cuba es una utopía, tan utopía como la de Tomás Moro, pero también es utopía el plato de moros y cristianos que de seguro no conoció Tomás. Y es que nuestra vida se ha llenado de imaginaciones. Utopía es la ilusión de........
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