Soy Superratón y he salvado muchas vidas
Hola.
Soy Superratón, pero no aquel que salía en los cómics y en la televisión. Yo soy de verdad. No tengo capa, ni vuelo, ni soy superfuerte, pero he salvado la vida de muchos individuos de vuestra especie.
Gracias a mí, y a otros como yo, hoy existen vacunas, antibióticos, tratamientos contra el cáncer y fármacos que controlan la epilepsia o la depresión. Sí, he sido parte silenciosa de algunos de los mayores logros de la medicina moderna. Y aquí va mi historia.
Mi vida no transcurre entre madrigueras ni túneles oscuros. Vivo bajo el cuidado de personas con bata blanca que me alimentan, me limpian y me atienden con respeto.
No corro libre por los campos como mis primos, pero tampoco me falta atención. Para ellos, y para todos los que me conocen, soy un héroe. Mi misión es ayudar a comprender cómo funciona la vida y cómo vencer las enfermedades.
En algunos laboratorios he visto carteles con mi foto que decían: “Este animal ha salvado más vidas que el 112”. Y tienen razón. Si la penicilina pudo convertirse en el antibiótico universal que cambió la historia de la medicina fue porque ratones como yo demostramos su eficacia hasta llegar al frente en la Segunda Guerra Mundial.
Desde hace siglos, los animales hemos acompañado al ser humano en su intento de entender la salud y la enfermedad. Ya en el Corpus Hippocraticum (siglo IV a. e. c.) se describían experimentos en cerdos, y en el siglo XIX fueron Pasteur y Koch quienes, a través de estudios en animales, demostraron la relación entre microbios y enfermedades, abriendo así el camino a vacunas y tratamientos eficaces.
Además, hemos sido protagonistas en el nacimiento de la inmunología moderna, ya........
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