La claudicación de AMLO
AMLO, que a pulso levantó su movimiento, por salvaguardar intereses mezquinos, también será el responsable del desprestigio de su causa y del fracaso de una empresa que prometía cambiar la Nación y a los mexicanos.
Elisur Arteaga Nava
AMLO fue un ser político cien por ciento. No más; pero no menos. Vivía para la política y de la política. Para él, familia, dinero, religión, relaciones humanas, partidos, cultura e intereses existían y se justificaban únicamente en función del Poder.
Todo, absolutamente todo, era susceptible de ser sacrificado o preservado, como un medio para alcanzar la Presidencia de la República; no aspiraba a menos; pero sí a más: a una dictadura vitalicia directa o por interpósita persona. Su vida y misión estaban encaminadas al Poder y únicamente por él se justificaba.
Los izquierdosos, idealistas al fin, creyeron que, subiéndose al carro de AMLO, más a la corta que a la larga, establecerían su dictadura del proletariado y un estado socialista. Pretendieron jugar con él y utilizarlo para sus propósitos. En el juego alguien ganó y otros perdieron.
AMLO, durante su primer sexenio en la Presidencia de la República, contando con la complicidad de los izquierdosos, destruyó las instituciones civiles: instauró un Estado militarista. Acabó con la separación de Poderes. Sometió al Congreso de la Unión a su voluntad; los legisladores de Morena y de los partidos aliados llegaron por su venia o por no ser vetados por él. Se abstuvo de combatir la delincuencia; por su política de abrazos y no balazos permitió que operara como un cuarto poder. Desaparecieron también el respeto a la ley, la rendición de cuentas y la independencia de las........





















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