menu_open Columnists
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close

Pequeñas f(r)icciones: Por un puñado de dólares

9 10
27.04.2025

Conocí a Nadine Heredia antes, es decir, antes de todo: antes de que conociera a Ollanta, antes de recibir dinero de Odebrecht, antes de ser la primera dama y muchísimo antes de ser condenada a 15 años de prisión y buscar refugio en la embajada de Brasil.

La conocí, como se puede intuir, en sus años de estudiante en la Universidad de Lima, más precisamente cuando llevó —llevamos— el curso de Producción y Realización Audiovisual. Ahí, junto con varios compañeros y como tarea final, grabamos el cortometraje “Gemelas” que, bien visto ahora, debería haber sido bastante más corto de lo que fue. En todo caso, más allá de sus cualidades estéticas y artísticas —no tenía ninguna, aunque claramente tampoco aspiraba a tenerlas—, este video muestra las condiciones dramáticas de Heredia y, de alguna manera, anticipa la facilidad que tenía desde entonces para desdoblarse, para mostrar dos rostros, en buena cuenta, para ser la política en que se convirtió.

Pasaron mil años —dejé los estudios y los retomé tiempo después— y recién volví a saber de ella cuando su nombre empezó a aparecer en los medios de comunicación. Primero, de manera aislada, como la esposa de ese militar —un tal Humala— que se levantó en Locumba y, luego, ya de forma constante y mucho más notoria- durante las campañas presidenciales y su posterior llegada a Palacio de Gobierno. Nunca fuimos amigos, pero durante las intensas semanas del curso en cuestión llegamos a establecer una especie de buena onda. En particular, durante los días de grabación. Yo era -no pude ser ni director ni camarógrafo- el encargado del script y de asistir a quien necesitaba ser asistido.

Nunca utilicé esa eventual, efímera y fugaz ‘amistad’ para........

© Perú21