¿Somos testigos del constante incumplimiento del Estado de derecho? Sin duda. Y también somos, en parte, responsables al permitir que tanto las instituciones como los ciudadanos dejen de acatar, con creciente frecuencia y pasividad, las leyes, normas y competencias que regulan diversos ámbitos de la vida pública. Esta situación se agrava, aún más, cuando quienes ostentan el poder para representarnos o dirigir instituciones actúan de manera arbitraria, dejando de lado el criterio técnico y el interés colectivo que debería fundamentar sus decisiones.

La importancia del criterio técnico se manifiesta en múltiples escenarios tanto de la gestión pública como privada. Su esencia radica en la toma de decisiones basadas en conocimientos especializados, evidencia objetiva y principios profesionales, en lugar de intereses personales, políticos o emocionales. Este enfoque constituye un pilar fundamental para asegurar que las acciones, especialmente en el ámbito público, sean eficaces, eficientes y orientadas al bien común, no a intereses particulares.

Un escalón esencial, que últimamente se ignora y deja de importar, es que un análisis........

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