La llegada de las primeras locomotoras y vagones donados desde California a la Municipalidad de Lima ha reavivado toda serie de comentarios desde los de los seguidores del alcalde que lo celebran sin matices, con un entusiasmo casi religioso, hasta sus opositores que lo descalifican simplemente porque desean que fracase. Aquellos que intentan un análisis equilibrado quedan en medio del fuego cruzado. Admiten que hay mérito en la propuesta, pero resaltan que implica una implementación compleja que requiere estudios y una inversión mayor y subsidios que nadie evidencia. Terminan siendo atacados desde ambos frentes: los primeros los acusan de antipatriotas y los segundos de ingenuos.

Nadie puede........

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