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Luis Alberto Perozo Padua: Encuentro histórico entre Lusinchi y Reagan selló dos siglos de diplomacia

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20.11.2025

La visita de Estado de Jaime Lusinchi a la Casa Blanca en diciembre de 1984 marcó un capítulo brillante de la diplomacia venezolana: ceremonias solemnes, un diálogo hemisférico crucial y una gala memorable reafirmaron una amistad entre Estados Unidos y Venezuela que se remonta a los tiempos previos a la República

Washington amaneció con un cielo claro, casi improbable para diciembre. Era como si el invierno hubiera hecho una tregua para permitir que Venezuela llegara al corazón político de Estados Unidos. Desde temprano, el South Lawn de la Casa Blanca vibraba con la expectación de un acto solemne que no sería uno más en el protocolo estadounidense. Cuando Jaime Lusinchi apareció en la alfombra roja y las 12 salvas de artillería hicieron temblar el aire helado, quedó claro que la diplomacia venezolana estaba a punto de inscribir uno de sus momentos más memorables del siglo XX.

El 4 de diciembre de 1984, aquel jardín sur comenzó a transformarse en un escenario impecablemente coreografiado. La alfombra roja, extendida frente al South Portico, marcaba el camino de la comitiva venezolana mientras, al fondo, el Monumento a Washington se recortaba contra el cielo como una estampa clásica del poder estadounidense. Las unidades de honor formadas en abanico, los uniformes pulcros y el desfile del Cuerpo de Tambores y Fusileros daban a la ceremonia un aire casi fundacional.

Como saludo oficial al visitante, el U.S. Army detonó las 12 salvas de rigor, un estruendo solemne que reverberó sobre el jardín y elevó aún más la majestad del acto. Desde la plataforma principal, Ronald Reagan esperaba con gesto firme; a su lado, Nancy Reagan, elegante y serena, aportaba un equilibrio perfecto a la escena.

Cuando Lusinchi ascendió a la tribuna, la banda militar interpretó los himnos y el silencio respetuoso de los presentes se quebró con el apretón de manos entre ambos presidentes. Fue un saludo cálido, captado por las cámaras oficiales y preservado en las hojas de contacto del fotógrafo Fitz-Patricio. Detrás, los músicos de gala en el balcón completaban aquella imagen de........

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