Antonio de la Cruz: El cerco silencioso al régimen de Maduro
“Estén siempre atentos y listos para lo que venga, pues su enemigo, el mal, anda buscando a quien destruir. ¡Hasta parece un león hambriento! Resistan los ataques del mal; confíen siempre en Dios y nunca duden de él”.
Pedro 5:8-14 TLA
La democracia, como ese milenario juego oriental GO de fichas que se disputan el espacio —más parecido a la lenta erosión de un río sobre la roca que a la estridencia de un jaque mate—, se decide por acumulación de territorio, no por la caída de un rey. En la Venezuela de Nicolás Maduro, las potencias del mundo están actuando bajo esta lógica del cerco paciente: no se trata de derribar al régimen de un golpe fulminante, sino de irle cercenando, palmo a palmo, la respiración política.
Territorio cercado
El Palamento de la Unión Europea, al declarar al país jurisdicción de alto riesgo financiero, clava sus piedras en los vértices más sensibles: el dinero y la confianza bancaria. La Corte Penal Internacional, con su voz pausada y su martillo de justicia universal, abre caminos procesales por crímenes de lesa humanidad. China, que suele hablar poco y ejecutar mucho, lo aparta de los beneficios diplomáticos —un silencio que retumba más que cien........
© La Patilla
