Pedro Martínez, la sangre del normalismo rural
Hace 45 años, a finales de mayo de 1980, miles de maestros oaxaqueños se trasladaron a la Ciudad de México por primera vez. Inauguraron una ruta de protestas que no ha cesado.
La movilización se convirtió en catalizador para demandar la revisión de salarios de los trabajadores de la educación de todo el país. Fue exitosa. La SEP, otorgó un incremento nacional de 22 por ciento y un bono de 500 pesos para quienes laboraban en zonas rurales.
En 1982, después de incesantes luchas, los profes de la sección 22 del SNTE nombraron a sus dirigentes y lograron que se reconocieran legalmente. Pedro Martínez Noriega, hijo de maestros rurales y él mismo egresado de la Normal Rural de Reyes Mantecón, fue escogido para representar al magisterio de Oaxaca.
Simultáneamente a la lucha por el reconocimiento de sus líderes, levantaron un intrincado tejido institucional basado en la democracia de base y acordaron principios rectores, en mucho como influencia de la vida comunitaria indígena en la entidad y el comunalismo. Tras una amplia consulta, se integraron a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), convirtiéndose en uno de sus pilares fundamentales.
Aunque su periodo al frente de la sección 22 debió terminar en 1985, la intransigencia del charrismo sindical encabezado por Carlos Jonguitud (del que Alfonso Cepeda es heredero), obligó a Pedro a representar al magisterio estatal hasta 1989, en que fue sustituido por Aristarco Aquino........
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