Despierta Perú
La Pascua de Resurrección nos deja una de las imágenes más poderosas de la tradición cristiana: la piedra removida del sepulcro. Ese acto, simbólico y trascendente, representa la superación de los ciclos de muerte y estancamiento. También puede leerse como una metáfora de transformación: remover aquello que nos impide avanzar, y abrir paso a una nueva etapa de vida y propósito.
Desde esta perspectiva, todos, en lo personal, debemos remover la piedra que nos impide volver a la vida. El Perú debe también remover la piedra que le impide salir adelante. Una piedra que no está hecha de rocas, sino de fragmentación política y desconfianza ciudadana. Una piedra que impide el despertar de un país con inmenso potencial, pero atrapado en ciclos repetitivos de crisis y desencanto.
A pocos meses de unas nuevas elecciones generales, el país enfrenta una cifra inédita: 43 partidos políticos inscritos oficialmente para competir. Nunca antes, en toda nuestra historia republicana, se había registrado una dispersión electoral de tal magnitud. Lejos de representar una auténtica pluralidad democrática, este exceso revela un sistema que se ha desbordado y que........
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