El crecimiento ciego olvidó el desarrollo
Se requiere un sector público promotor de transformaciones, con una política económica orientadora de los mercados y no disciplinada por los mercados. Si queremos que se haga realidad el desarrollo, no hay más alternativa que provocar un giro de 180 grados en el camino económico.
En Chile, el abandono del desarrollo y su reemplazo por un crecimiento ciego ha cerrado las puertas a la diversificación productiva; tampoco ha favorecido la calidad del sistema educativo ni la inversión en ciencia y tecnología. Hoy es inocultable que ese crecimiento sin dirección, con un Estado pasivo, se encuentra agotado y ha culminado en una elevada concentración de la riqueza, con manifiestas desigualdades sociales y regionales.
Vivimos un cambio de época. La geopolítica y la globalización comercial excluyente se encuentran en crisis. Hoy día estamos en condiciones de superar las ideas neoliberales y las políticas económicas que se impusieron en el país en las últimas décadas.
Una nueva estrategia de desarrollo para Chile es imperiosa. Es la que puede liberar al Estado de las restricciones que le impiden dirigir los recursos en una dirección distinta a como lo ha hecho el mercado hasta ahora.
En efecto, durante los últimos cuarenta años la política económica se ha concentrado estrictamente en la expansión de la producción y en la estabilidad de los precios, olvidando la distribución de los ingresos y de la riqueza. Así las cosas, un crecimiento ciego ha orientado los recursos hacia extractivismo, olvidando el desarrollo industrial.
Para recuperar el crecimiento económico y convertirlo en desarrollo se requiere que el Estado dé dirección a la economía, con una política económica que termine con la neutralidad y oriente los recursos hacia nuevos sectores productivos, capaces de construir una industria moderna en el país.
Al mismo tiempo, ello exigirá redefinir nuestra inserción en la........
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