Soy alto, blanco y con genes motilones
Si te interesa una sesión que combine bruja, chamán, regresión por hipnosis, grafología y ouija, te la tengo: hazte una prueba de ADN. Yo me la acabo de hacer y es muy fácil. Solo debes llenar un tubito de saliva, ante lo cual piensas: “¿Llenar un tubito de saliva? ¡Gran cosa!”. Pero ahora puedo asegurarles que ni un pelotero que se haya tragado un tubo de pasta de dientes lleno de chimó escupe tanto como escupí yo ese día.
Ahí entendí que las glándulas salivales son como los comediantes cuando te los encuentran en la calle y les pides un chiste: se trancan. ¿Qué hacía? ¿Bebía agua para producir más saliva? ¿De hacerlo saldría con genes aguados? Fue por eso que me esforcé y escupí más que llama de zoológico cuando se le acercan niños, aunque al final quedé como olla de presión, pues apenas y escupía vapor de agua.
Después me tocó mezclar la saliva con un reactivo azul que trae el kit y listo. Así lo envié al laboratorio por correo para que allá descifraran mi ADN mientras yo seguía descifrando cómo rayos se dice “ácido
desoxirribonucleico”.
Pasadas unas semanas, al fin llegaron mis resultados. Lo que........
© El Impulso
