Los Yankees no juegan en cancha
Recientemente tuve la oportunidad de ir a Nueva York gracias a la invitación de mi amiga Marileé quien, para sorpresa mía, vive a dos cuadras del Yankee Stadium. Imagínense, tras semejante cortesía de su parte, lo menos que yo podía hacer era invitarla a un juego. Entonces compré dos entradas para uno contra las Mantarrayas de Tampa Bay y así fue como llegó el día y fuimos. Como cuando ella vivía en Mariara, que salía a tomar aire en el porche de su casa, esta vez su porche era el mismísimo Yankee Stadium.
Debo confesar que, al entrar en ese monumento, se me despertó algo que los grandes científicos de la Universidad de Stanford catalogan como el gen “fan enamorada”, pues apenas vi el terreno se me salieron las lágrimas cual picador de cebollas. Aunque luego dicho gen se me fue apagando cuando empezamos a ver el juego y me iba dando cuenta de que mi amiga Marileé sabe de pelota lo mismo que yo de plomería de aviones. Pues su conversa conmigo fue así:
– Está bonita........
© El Impulso
