Carta al plátano
Querido plátano, necesito que por favor me expliques algo. ¿Por qué hay gente pagando fortunas para comer caviar, setas, trufas y carne de wagyu mientras a ti te regatean el precio del kilo? Si ellos supieran cómo te preparaba mi mamá, que te compraba bien negro, te picaba en tajadas y te sumergía en aceite hirviendo para achicharrarte y que así supieras mejor que las piscinas de chocolate de Willy Wonka. Porque contigo aplica ese artículo de la Ley Orgánica de los Sugar: “Mientras más viejo, más espléndido”.
Estoy seguro de que esas personas no saben que, si hubiese un torneo entre la papa, el maíz y tú para ver cuál resuelve más, tú ganarías por nocaut, pues tu sabor es más rico que una herencia. Además de que contigo se hacen tajadas, plátano horneado, tortas, empanadas, yoyos, mandocas, pastel de chucho, bocadillos, conservas, patacones y platanitos de bolsa (¡y a todos se les puede echar queso!). Es más, eres tan necesario, que conozco a una persona que viajó de Colombia a Alemania para visitar a su hermana y ella solo le pidió de encargo tres plátanos verdes.
Porque yo me........
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