Crónicas y relatos de la migración: Venezolanos en Arica
Jhonny no tiene el aspecto de un carnicero, sus manos parecen más bien las de un empleado de un banco, un supervisor o un cajero; están demasiado secas, y sus uñas bastante limpias.
—A su orden, señor —me atiende, y constato que se trata de un venezolano.
—Por favor, dame un kilo de milanesas de chocozuela —le digo, marcando el tuteo, a sabiendas de que ese no es un corte conocido en Chile.
—Aquí le dicen posta rosada, pero a los chilenos no les gusta el corte delgado —me explica Jhonny, quien ha entendido que también soy de Venezuela.
—¿Cuánto hace que llegaste a Arica?
—Tengo ocho meses aquí. Yo tenía una constructora en Valencia, pero las obras se paralizaron y tuve que vender los equipos y los carros para venirme —comenta Jhonny, con más destreza para........
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