Cuando Tocamos Fondo, Dios nos Levantó.
Ricardo Tribin Acosta
Durante mucho tiempo creíamos que podíamos manejar la vida por nuestra cuenta. Nos aferramos a la idea de que, si nos esforzábamos lo suficiente, si éramos lo bastante fuertes o listos, podríamos controlar el mundo interior y exterior. Pero estábamos equivocados. Lo intentamos una y otra vez, solo para fracasar cada vez más profundamente.
Nuestro mayor pecado —ese que escondíamos, el que justificábamos, el que nos negamos a soltar— se convirtió en una cadena que nos arrastró al lugar más oscuro en el que jamás habíamos estado. Perdimos el control. Perdimos el rumbo. Y lo más duro de admitir: perdimos la capacidad de funcionar como seres humanos. Ya no podíamos fingir que todo estaba bien.
Fue entonces cuando sucedió lo que nunca imaginamos: nos rendímos. Dejamos de luchar, dejamos de resistirnos y,........
© El Diario
