Al final de mil caminos
Viernes 10 de octubre. Medianoche en el Movistar Arena. El último acorde de Lucybell flota en el aire como si no quisiera extinguirse. Luego, el silencio y un aplauso inmenso, definitivo. Un abrazo entre músicos y familiares; lágrimas contenidas o liberadas. Y la pregunta inevitable: ¿qué viene después cuando lo que sigue es el final?
Lucybell no fue una banda cualquiera. Su trayecto de más de tres décadas acompañó la vida del país, con sus euforias, sus reinvenciones y sus caídas. Como Chile, la banda que Claudio Valenzuela fundó en 1991 atravesó épocas de locura, de búsquedas nuevas, de consolidaciones necesarias. Y, como pocas veces ocurre en este rincón del mundo, logró consolidar un sonido, una identidad, un público fiel. Lucybell supo habitar su propio espacio y dejar una obra reconocible, que se agranda con la perspectiva del tiempo y, sobre todo, ante la inminencia del final.
En agosto de 1995 apareció su primer disco, Peces, un álbum que no solo se transformó en bisagra generacional, sino que también les abrió un camino donde la densidad poética y la experimentación encontraron un público cautivo. Canciones como Luna, Vete, De Sudor y Ternura y Cuando Respiro en tu Boca marcaron la atmósfera de una época en que el rock........
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