El costo invisible de una tendencia
La semana pasada medio mundo, incluyéndome, se sumó compulsivamente a la tendencia #StudioGhibli, generando imágenes con inteligencia artificial inspiradas en el icónico estilo visual del legendario estudio japonés. No es el propósito de esta columna plantear el debate del uso y explotación de la obra artística de alguien, que debe darse y con urgencia. Creo yo que hoy, Hayao Miyazaki, genio y cocreador del estudio, es una figura aún más grande que hace una semana y este experimento lo que demuestra es la singularidad de la creación humana y, cuando más, la fabulosa destreza y capacidad imitativa de la inteligencia artificial. Pero prefiero aprovechar estas líneas para poner la lupa sobre otro tema que también nos preocupa a muchos.
Generar estas ilustraciones fue un viaje emocional y un ejercicio narrativo maravilloso. Decidí construir una línea de tiempo de mi vida familiar: mi esposa, nuestras hijas, sus nacimientos y transformación en jóvenes casi adultas. En últimas, la vida. Y publiqué 20 de esas ilustraciones en las redes sociales. Cada una representaba un........
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