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El show más fullero de un presidente acorralado

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yesterday

Llegó desnudo al debate del apagón y la defensa. Ni aclaró las causas del colapso nacional ni detalló de dónde saldrán los 10.000 millones para tanques y misiles. Evitó la autocrítica y obvió pedir excusas por el estropicio. En el día del Cónclave vaticano, a Sánchez sólo le faltó encomendarse al secreto de confesión y al Espíritu Santo. Quizás ya se da por condenado. O quizás pensaba en el último paso del juez Peinado sobre Begoña, empeñado en aclarar el papel de la esposa de presidente en el rescate de Air Europa. El bombazo de la jornada. Quizás del mes. 

Acorralado y nervioso -ese ‘onceavo’ por ‘undécimo’-, granítico en sus embustes, sin datos ni argumentos, agotado el recurso de embestir a la oposición, fue incapaz de ir más allá de un cansino recitado de tópicos y una torpeza clamorosa a la hora de escurrir el bulto. Su larga hora y media de intervención resultó un pastiche desmadejado y estéril -’totum revolutum’ dijo Feijóo- un rosario de trolas, un monólogo de consumado estafador obsesionado en esquivar responsabilidades y señalar culpables. Una ceremonia de la confusión para quitarse de en medio, para no asumir su responsabilidad de presidente de un Gobierno que no funciona en un país que se viene abajo. Tuvo la prudencia de apenas insistir en la teoría de los cibertaques y así atajar la lluvia de chistes y memes que ahora le ahogan.

”Oyéndole, los españoles estarán deseando que se repita. Que cada lunes haya un apagón, todos felices. Qué vergüenza”, respondía el líder de la oposición.

 

Su manida estrategia consistió en difuminar el gran estropicio eléctrico mediante un bombardeo feroz contra las nucleares, ese monstruo infernal causante de todos los males que nos asfixian, aliñado con una jovial celebración a la madurez de esa querida España, como de Cecilia,“un país extraordinario” que reaccionó con una alegría y un civismo ejemplar,........

© Vozpópuli