Cueva de bandidos y olla de adictos
Lo natural sería que Petro renunciara, dejara al país libre de su estigma. Pero no lo hará. Y como la Comisión de Acusaciones prevarica, temo que el palacio presidencial seguirá siendo cueva de bandidos y olla de drogadictos.
La Casa de Nariño convertida en un muladar, un estercolero de corrupción, droga y vulgaridad.
No es, ciertamente, el primer gobierno con escándalos de corrupción. Pero ninguno como este, tan putrefacto, con tantos y tan poderosos salpicados. Y ninguno tampoco con tanta plata hurtada, billones de pesos solo entre la UNGRD y el Invías, y con tan turbios propósitos, desde la compra de congresistas hasta aceitar la elección........
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