Como el ciudadano de a pie no se enreda en discusiones semánticas, menos en tecnicismos legales, poco o nada le interesa si la tasa es una sobretasa, un impuesto o un arancel -esta última palabreja que causa pavor en el distópico universo ‘trumpiano’- sino que se lleva la mano al bolsillo, instintivamente, para saber cuánto más va a tener que sacar ahora a nombre de la seguridad.

“No es un impuesto, es una tasa”, aclara entre airada y molesta una funcionaria de la administración departamental al defender, ante la pregunta de un reportero radial, la propuesta de cobrar en la factura del servicio de energía eléctrica una suma adicional, denominada Tasa Especial de Seguridad Multidimensional, según el consumo de kilovatios en los sectores industrial y........

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