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El apéndice no es un órgano tan inútil como pensábamos

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wednesday

Quizá haya oído alguna vez decir que a los astronautas se les extirpa el apéndice antes de abandonar la Tierra. Al fin y al cabo, se puede vivir sin él porque hablamos de un órgano inútil… ¿O quizás no? ¿Qué hay de cierto en esta sospecha?

Empecemos por situarlo. El apéndice es una pequeña bolsa con forma de dedo que se encuentra donde el intestino delgado se une al intestino grueso, en el ciego. La inflamación e infección del apéndice, la apendicitis, puede provocar una ruptura del órgano y una posterior infección generalizada (peritonitis), llegando incluso a ser potencialmente mortal si no se trata.

En algunas misiones remotas y aisladas de larga duración, como las destinadas a la Antártida, se ha exigido a los participantes someterse a una extirpación del apéndice (apendicectomía) antes de partir. Se justificaba por el acceso limitado a instalaciones médicas y a las dificultades para evacuar a personas en estas zonas remotas en caso de una emergencia médica.

Al extirpar el apéndice antes de la salida, se elimina el riesgo de apendicitis y las complicaciones que puede causar durante la misión, ayudando así a garantizar la seguridad y el bienestar de las personas involucradas. Aparentemente, todo eran ventajas.

En nuestros ancestros, el apéndice probablemente cumplía una función digestiva adaptada a una dieta rica en vegetales crudos y celulosa, como ocurre en muchos mamíferos herbívoros actuales. Miles de años atrás habría........

© The Conversation