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Límites a la reelección y al nepotismo (y II)

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11.05.2025

La reelección de los servidores públicos es un tema recurrente en la historia política de México. Desaparece o aparece con vista a fortalecer o debilitar a actores políticos determinados.

También se ha recurrido a la no reelección legislativa para debilitar a grupos políticos que entran al ejercicio del poder sin contar con la anuencia de quienes, en determinado momento, detentan el poder formal o de hecho.

En el texto original de 1917 era factible la reelección indefinida de los legisladores al Congreso de la Unión; ello permitió el surgimiento de líderes políticos que por sí gozaban de influencia ante los poderes centrales y de poder dentro de sus respectivas entidades: los grandes caciques o líderes del México postrevolucionario se dieron al amparo de la reelección: Gonzalo N Santos, Jorge Prieto Laurens y Tomás Garrido Canabal son ejemplo. Ellos, por gozar de autoridad propia, eran insumisos.

Aurelio Manrique, un diputado federal, en 1928, al estar el todopoderoso Plutarco Elías Calles dando lectura a su último informe presidencial, se atrevió a gritarle asesino. Jorge Prieto Laurens, el 1º de septiembre de 1923, al contestar el informe del presidente Álvaro Obregón, en su cara, pues no se lo mandó decir, le reprochó: “... los excesos demagógicos de la política agraria y obrerista del régimen, la falta de seguridad y garantía que afectaban a la producción; las sistemáticas intromisiones del Centro en las cuestiones electorales de los municipios y los estados; la prematura campaña para la sucesión presidencial...” (El Universal, 8 de diciembre de 1977). Ante esos y otros malos ejemplos, había que someter a los miembros del Congreso de la Unión e impedir que se........

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