La primera hincha es siempre mamá
Cada madrugada, cuando aún es de noche en Lima y el frío cala los huesos, Patricia enciende el motor de su taxi. Son las cinco de la mañana y la ciudad apenas despierta, pero para ella y su hijo Timoteo el día ya comenzó. No es un viaje cualquiera: es el ritual de cada martes, jueves y sábado. Desde Comas hasta San Miguel, cruzando la ciudad en un trayecto de casi dos horas para que Timoteo llegue a su entrenamiento de fútbol a las ocho en punto.
Timoteo tiene nueve años y desde los seis juega al fútbol con una devoción que haría sonreír a cualquier........
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