El deterioro institucional amenaza el futuro de nuestra sociedad
En los últimos años, nuestro país ha experimentado una frecuente sucesión desordenada de presidentes, en medio de una institucionalidad tambaleante que evidencia el deterioro de nuestra democracia y la pérdida de confianza ciudadana en el sistema político.
Los diversos problemas que, sin distinción de etnias ni clases sociales, ocupan nuestra atención cotidiana, tales como la inseguridad y criminalidad, corrupción, pobreza, escasez de empleo, falta de credibilidad y transparencia del gobierno, mala calidad de la educación estatal, falta de cobertura y mala atención en salud pública, entre otros más, son la evidencia empírica del significativo, progresivo y creciente deterioro institucional.
A pesar de ello, el Gobierno no reconoce ni actúa en defensa de nuestra precaria institucionalidad. Y lejos de plantear una agenda de reformas institucionales claras, ha optado por una estrategia defensiva, con poca transparencia y sin rendición de cuentas.
Si la institucionalidad es clave para el buen funcionamiento de un país, ¿por qué somos testigos de constantes atropellos a su estructura y funcionamiento? ¿Por........
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