Hace algunos días me invitaron a dictar una clase sobre reputación corporativa a un grupo de alumnos de pregrado. Hablamos sobre cómo, hoy en día, la comunicación no es suficiente para construir ni proteger la reputación -en realidad, nunca lo ha sido- y que se requiere una serie de medidas que incluyen un liderazgo visible; un sistema de detección y prevención de riesgos reputacionales; una estrategia de relacionamiento activa; y, sobre todo, comportamientos concretos que demuestren coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.

Como parte de la discusión, le pedí al grupo que analizara las acciones y proyectos de diversas empresas para determinar si estos ayudaban a construir y fortalecer su reputación o no. Uno de los casos, que yo considero bastante sólido, es el de una empresa de consumo masivo que hace varios años trabaja con liderezas de ollas comunes para ayudarlas a gestionar mejor sus presupuestos, organizarse de manera más profesional y mejorar la calidad y nivel........

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