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¿Mi billetera?

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28.04.2025

Conducir en Lima es una aventura casi demencial. Caos vehicular. Congestión. No hay respeto por las normas de tránsito y ni siquiera las mínimas condiciones de prudencia parecen respetarse. Los conductores se abren a la izquierda para voltear a la derecha porque los taxis, buses y combis se paran en las esquinas para recoger pasajeros. No hay respeto por el peatón, pero el peatón tampoco respeta los paraderos ni los cruces peatonales, ni siquiera usa los puentes peatonales.

Si todos respetásemos las normas de tránsito, tendríamos no solamente menos accidentes, sino menos tiempo en el tráfico y la experiencia de conducir no sería tan mala.

Los óvalos, a diferencia de los semáforos, son tecnologías altamente eficientes para distribuir el tráfico porque, cuando llegamos al óvalo, esperamos turno y procedemos con el tránsito sin tener que esperar a que cambie la luz del semáforo. Evitamos tiempos muertos cuando la luz está en rojo, pero no hay carros del otro lado. Sin embargo, si no respetamos las normas, se arman atascos interminables.........

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