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El exorcismo de Dina Boluarte

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19.05.2025

Por vez primera en más de dos mil años de historia y una relación de 267 sumos pontífices, la Iglesia católica ha designado como representante de Dios en la Tierra a alguien familiarizado con el sabor de la Inka Kola.

Las proyecciones exponenciales de esta singularidad han revertido la desilusión peruana, sabor nacional que nos acompaña tal como la neblina a Lima.

La pasada vida terrenal peruana de la autoridad espiritual suprema del catolicismo —cuántos huevos fritos desayunaba él en Chiclayo, el nombre de su perro norteño, etcétera— será una constante celebratoria de estos tiempos. Por lo menos hasta que regrese al Perú y refresque nuestro vínculo con la divinidad a través de lo que en Roma se conoce como el peruviani vitam cotidianam: ese dedo humano a punto de extenderse para tocar el dedo de Dios, según pintura en el techo de la Capilla Sixtina.

Tu patria es aquella donde esté tu cepillo de dientes, decía un poeta. Es significativo que, en los años ochenta, en medio de una de las más violentas tormentas peruanas, un nativo de Chicago e hincha de los White Sox haya decidido pasar por el suplicio temerario de tramitar DNI en una ciudad conocida como Ciudad de la Amistad a pesar de su urbanidad históricamente agreste y caótica. Salva Chiclayo la cálida hospitalidad de su gente........

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