No todos tienen precio
Podemos leer en decenas de artículos y columnas de opinión (de todo color político) el reclamo —angustioso y desesperado— por el nombramiento de personas en distintos cargos públicos que traen no solo escándalos, sino prontuarios (véase el renovado Gabinete, por ejemplo). Se cuestiona la capacidad, pero sobre todo la honorabilidad y honradez de quienes tienen en sus manos el poder suficiente para construir o destruir el futuro de millones de personas. Sobre esto, muchas veces he tratado de que volteemos la mirada, no hacia los elegidos, sino hacia quienes eligen. No hay nada de diferente entre las........
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